Fin a las Ideologías

" ...La figura de Fernando Flores es vista con especial potencia al lado de Piñera, por su historia. Pues si un ministro de Salvador Allende torturado de Dawson, Ritoque y Tres Álamos y exiliado es capaz de apoyarlo(a Piñera), otros, desencantados de la Concertación que no se atreven a marcar por gente de derecha por razones estéticas, también podrían hacerlo..." El Mercurio, cuerpo D, pág 9, Domingo 5 de Abril de 2009.

No siempre se ven cambios tan grandes en personas públicas, se supone o más bien uno espera que éstos sean consecuentes a sus creencias, a lo que dicen y postulan; pero esto no es una máxima para el Senador por la Región de Tarapacá Fernando Flores el otrora hombre de izquierda es ahora uno más en la campaña de Piñera, un gestor de pactos silenciosos y secretos, procurando mantener y acrecentar su poder. ¿Cómo es posible que un hombre importante para la izquierda de este país se haya vendido a las acciones y empresas de Piñera? ¿Acaso será el poder, el dinero, la ambición sinfín lo que motiva a este hombre? Estos pactos no solo mellan la credibilidad del político cuestionado sino que deja un problema aún mayor y peligroso van de a poco restando credibilidad, confianza y esperanza a un sistema que va decayendo, un sistema que está en una innegable deslegitimación no solo por los jóvenes no inscritos en los registros electorales que se elevan actualmente a un 80,5% en el rango etareo de 18 a 24 años y sólo se reduce en casi 7 puntos en las edades de 18 a 29 años a 73,9% , sino también al 37 % que le da lo mismo un régimen autoritario o bien cree que en algunas oportunidades es preferible un gobierno de éstos.
Es posible que muchos errores se hayan encargado de restarle credibilidad a nuestros políticos actuales, pero ésta no puede ser una razón para que la democracia sea casi un agregado, un souvenir de la política y gobernabilidad de nuestro país. País que tiene las heridas de una sociedad que creció bajo la dictadura de Pinochet durante casi 17 años, no es posible olvidarnos de la miles de muertes, de las miles faltas a los derechos humanos, de la irresponsabilidad con que se actuó amparados en el régimen del terror, del poder de las armas, el monopolio de la fuerza. Fuerza política que actualmente se manifiesta en la más recalcitrante derecha de nuestro país, y volviendo al tema del senador, la misma misma derecha con la que él pacta. Pacto que nos hace sentir y pensar erróneamente que si un ex-Ministro de Allende pacta, entonces se han olvidado las atrocidades que se cometieron. No es posible olvidar un hecho tan decidor como lo es una dictadura de 17 años, esto no significa continuar con odiosidades, continuar en una eterna guerra y mantenernos en una actitud que no permita el avance, debemos recordar siempre esta falta a los derechos humanos y a toda la sociedad, pues nos permite avanzar recordando siempre lo que nos ocurrió y no queremos que vuelva a pasar, aprender de este enorme error que duró 17 años.
Actualmente se intenta apaciguar y ser mas "objetivo" en la historia que según "expertos" de la fundación Libertad y Desarrollo, la Universidad Adolfo Ibañez y La Universidad Católica es tendenciosa y como proyecto y reforma a nuestra educación proponen negar el hecho de que fue una Dictadura y sí un "Gobierno Militar", basta de los eufemismos que los señores de derecha quieren aplicar, en nuestro país se asesinó,se torturó y se violaron los derechos humanos, se olvidó la legislación anterior y se creó una para intereses propios, y éstos señores ¿Qué mas si no es dictadura?
Muchas huellas han quedado en nuestro subconsciente nacional, y uno de estos es la apoliticidad de nuestra sociedad, que pregona y mantiene en el poder a los mismos políticos de los años sesenta, apoliticidad que mantiene en un status quo a nuestra sociedad, se ha olvidado y se ha hecho creer que la democracia se reduce a un voto, pero es mucho más que eso la democracia es debate, es una actitud crítica, es crear y organizar. No podemos permitir que los errores de otros, de algunos nos dejen en una especie de eterna desilución.
Pinochet, los empresarios y gran parte (acaso no todos) los políticos actuales lo hicieron bien, estamos en un periodo donde se acabaron las ideologías, donde se menosprecian las conversaciones políticas, donde está prohibido pensar y el pragmatismo se ha transformado en la enfermedad de nuestros días.